Primero de todo hay que diferenciar la obesidad crónica con la obesidad localizada. La obesidad crónica de origen multifactorial se caracteriza por acumulación excesiva de grasa o hipertrofia general del tejido adiposo en el cuerpo; es decir, cuando la reserva natural de energía almacenada en forma de grasa corporal se incrementa hasta un punto donde está asociada con numerosas complicaciones como ciertas condiciones de salud o enfermedades. La obesidad localizada es aquella que a pesar del descenso de peso y el ejercicio físico no disminuye y deteriora el contorno corporal.
La obesidad forma parte del síndrome metabólico siendo un factor de riesgo conocido, es decir predispone, para varias enfermedades, particularmente enfermedades cardiovasculares, diabetes, apnea del sueño, ictus y algo que no debemos olvidar, una silueta antiestética que puede hacer sentir complejo a quien la padece.
Para tratar la obesidad localizada se emplearan productos de aplicación tópica que actúen sobre el tejido adiposo y que ayuden a reducir volumen. Estos irán acompañados de masajes y la aparatología que corresponda.
Nota. En este tratamiento no es necesario efectuar un peeling, puesto que la mezcla que se extenderá a continuación, (entre otras) tiene la propiedad de exfoliar.
INDICACIONES:
Es aconsejable, efectuar dos tratamientos por semana, durante un mes y uno por semana durante el mes siguiente.
Se recomienda seguir una dieta baja en calorías para optimizar la pérdida de peso.